Édgar Velasco, 

JUEVES 6 DE SEPTIEMBRE DE 2018.

Uno de los problemas que enfrenta la conservación del medio ambiente es que durante mucho tiempo la humanidad se ha colocado fuera del problema y desde ahí ha querido solucionarlo.

Sin embargo, «la naturaleza no necesita que la cuidemos, necesita que la dejemos en paz. No somos una mano protectora, nosotros dependemos de ella», afirma Eduard Müller, rector de la Universidad para la Cooperación Internacional (UCI) de Costa Rica, y añade que la raíz de esta manera de enfrentar la situación se encuentra, en gran medida, en la academia.

«Estamos viviendo la extinción planetaria más documentada», dice, y añade que el problema es que los estudios de los investigadores universitarios no trascienden al diseño de políticas públicas. Por eso, para tratar de revertir esta situación, al menos en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), surge el Observatorio Biósfera Primavera, coordinado por el ITESO y que en su primera etapa busca hacer una reflexión seria desde el ámbito académico.

El Observatorio Biósfera Primavera nace de una premisa básica: es imposible proteger lo que no se conoce. Por eso, la intención es compilar y hacer pública toda la documentación que se ha producido en torno al bosque, para que la gente se familiarice con él y con los problemas que lo amenazan. Cuenta con el apoyo de la Cátedra Unesco de Reservas de Biosfera y Sitios del Patrimonio Mundial Naturales y Mixtos de la UCI; de la Cátedra Unesco en Gestión del Hábitat y Desarrollo Socialmente Sustentable del ITESO; de la Escuela Latinoamericana de Áreas Protegidas (ELAP) y de la asociación civil Anillo Primavera.

Óscar Castro, director del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO, explica que Guadalajara cuenta con dos áreas naturales muy importantes: el Bosque La Primavera y la barranca de Huentitán. Por sus características orográficas, la primera es más susceptible de ser dañada, sobre todo por el crecimiento de la mancha urbana.

De ahí la importancia de «crear un espacio para conjuntar los esfuerzos, las intenciones, las expectativas y las innovaciones que se requieran para proteger el bosque».

Castro añade que en su primera etapa, el observatorio se centrará en cuatro grandes temas: la resiliencia del ecosistema, la relación del bosque con la ciudad, las relaciones socioambientales y los procesos de gestión de la reserva.

«El objetivo de todo esto es generar un modelo de gestión, por eso en esta primera etapa se busca generar información y proponer nuevas maneras de relacionarnos con el bosque», destacó el director del departamento.

Para Pedro Alcocer, profesor del ITESO e integrante de Anillo Primavera, el observatorio es un proyecto que había sido muy esperado, ya que permitirá poner en la agenda pública temas de importancia relacionados con la conservación del bosque.

«Es urgente que las políticas públicas se enfoquen en la conservación, y por eso es importante poner al Bosque La Primavera en el centro de la toma de decisiones», señala.

Müller explicó que es muy importante «vincular a la academia con la realidad de su entorno. Hemos formado estudiantes en pequeñas cajas, en especialidades, pero los grandes problemas necesitan soluciones transdisciplinarias», por lo que la formación de los estudiantes también debe ser en esta línea.

 

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