Autores: Pedro Alcocer y Sandra Valdés

 

El Bosque de La Primavera es Reserva de La Biosfera MAB UNESCO desde 2006, esto quiere decir que es un ecosistema significativo globalmente. Uno de los criterios que solicita la UNESCO para toda reserva de la biosfera, es que ésta cuente con una zona de amortiguamiento y transición, a pesar de que de La Primavera depende la calidad de vida de más de 4 millones de personas, se encuentra en el 2% de las reservas que no tiene zona de amortiguamiento.

Una de sus principales características es que se localiza junto al Área Metropolitana de Guadalajara, lo que amenaza constantemente su conservación.
Estamos tan acostumbrados a ver la ciudad y un poco de naturaleza, que nos cuesta creer que el bosque estuvo aquí mucho tiempo antes que nosotros. De hecho, La Primavera estuvo aquí 139,500 años antes que Guadalajara.    Partiendo entonces de la idea que fue primero el bosque que la ciudad, ¿porque no diseñamos y planificamos el territorio en función de esto?   El territorio funciona como un contenedor, sus características de localización, tipo de suelo, humedad, minerales, temperatura, hacen que este territorio contenga un tipo de flora muy particular y a su vez esta flora contiene un tipo de fauna que disfruta vivir con estas características.

Si vemos como un solo espacio el territorio del bosque y la ciudad, podemos decir que el bosque aporta a Guadalajara: 345 especies de fauna y más de 1000 especies de flora.    Entendida de esta manera podemos decir que Guadalajara es una ciudad “súper diversa” y el bosque se aleja mucho de ser una sumatoria de árboles, como algunos les gusta creer.

En éste contenedor que es nuestro territorio vive una pequeñísma flor, “Malaxis soulei”, es una pequeña orquídea terrestre que si la sacamos del bosque, lo más probable es que no pueda sobrevivir, porque requiere este tipo de suelo tan especial, humedad, luz, temperatura, etc…

«Malaxis sulei», Hugo de Alba Martínez.

En éste mismo ecosistema también habita el puma, “Puma concolor”, resulta que el puma disfruta y necesita los mismos servicios ambientales que el bosque le aporta a la pequeña “Malaxis” para sobrevivir. Este maravilloso felino fue captado el año pasado en 3 ocasiones distintas por nuestras cámaras, apareciendo 3 ejemplares distintos.

El proyecto de fototrampeo en La Primavera comenzó en 2016, desde entonces hemos registrado múltiples ejemplares de fauna como: pecaríes, zorrillos, venados cola blanca, zorros, coyotes, guajolote norteño, entre otros.

Esto es relevante porque, la aparición del puma es el principal indicador de que el ecosistema del bosque se encuentra completo, siendo el principal depredador, la cadena alimenticia aún se encuentra completa.    El resto de la fauna indica que el bosque sigue siendo un ecosistema diverso lleno de fauna.

Venado captado en 2017, por el proyecto de fototrampeo ITESO- Anillo Primavera

La diferencia entre un parque y un bosque es que un parque es un espacio para la recreación y la convivencia, en el que las personas pueden acceder de forma pública y sus ecosistemas no son muy diversos porque las actividades humanas y la fauna como los grandes felinos no son compatibles. En La Primavera nuestras cámaras al mismo tiempo que han captado esta maravillosa diversidad de fauna, también han captado actividades humanas en zonas no permitidas: ciclistas, caminantes, ganadería, personas en vehículos motorizados, así como paseando con sus mascotas.

El registro de fauna desaparece a lo largo de varios días o semanas después de haber captado alguna de estas actividades humanas. Esto confirma que las actividades desplazan a la fauna y por tanto amenazan al ecosistema.

Hasta ahora la gestión del bosque ha sido muy laxa, ya que estas actividades no autorizadas son reiterativas y nuestras cámaras nunca han registrado alguna autoridad pasando por allí.    Por otro lado el programa de manejo vigente tiene 16 años de retraso por lo cual podemos afirmar que no se adapta a las necesidades del ecosistema que se enfrenta continuamente a las presiones ocasionadas por la urbe.

Es urgente que la toma de decisiones y las políticas públicas se centren en la conservación de las características del territorio para la conservación de los servicios ambientales, de manera que la “Malaxis” y el puma puedan seguir coexistiendo en este ecosistema singular.
La ciudad está creciendo indiscriminadamente es necesario que se ponga al bosque y las Áreas Naturales Metropolitanas en el centro de la toma de decisiones ya que al conservarlas, estamos protegiendo la calidad de vida de los más de 5 millones de personas que viven en el AMG.